Un buen vino puede ser un buen regalo...

Elegir el vino perfecto y de calidad como regalo para el anfitrión de la fiesta es todo un arte.

La idea de regalar un vino al ser invitado a una fiesta es dar las gracias de una manera sensible por la invitación y dar una señal de que se es una persona detallista que reconoce el duro trabajo que el anfitrión ha hecho para dar la fiesta.

En primera instancia, para escoger el vino indicado se debe empezar por determinar el precio, siempre teniendo en cuenta el presupuesto personal, ya que para comprar un buen vino no siempre quiere decir invertir mucho dinero en un vino. Básicamente, lo que se busca es comprar un vino que el anfitrión disfrute o que por cortesía deseé compartir con los asistentes.

Si se es una persona que se tienen muy pocas nociones sobre el vino, no se preocupe. En Internet, en ediciones impresas, en revista se pueden encontrar cientos de reseñas de vinos de todo el mundo. Igualmente si se busca algo natural, es posible encontrar en medios locales y en Internet todo lo que se necesita acerca el vino orgánico, ya que esta puede ser una gran opción para regalar o para disfrutar íntimamente.

Ahora bien, después de leer un poco sobre vinos en general es el momento de tomar una decisión sobre que vino es mejor. Hay que decidir si se prefiere un vino blanco, rojo, mezclado o vino espumoso. Conociendo la diferencia entre estos vinos ayudará a concretar la búsqueda. Como regla general, los vinos blancos son apropiados para el verano, los vinos tintos para el invierno y los vinos espumosos para cualquier ocasión especial.

Es importante destacar que no hay reglas específicas y concretas que se deben seguir para elegir un buen vino, sólo confíe en su buen gusto. Pero sí aún no se sabe que vino escoger, entonces, lo recomendable es visitar una tienda de vinos local y solicitarle la ayuda a un sommelier para que aconseje sobre una gran variedad de vinos en el rango de precio que se destinará para el regalo.

Siempre se debe tener en cuenta elegir un vino basado en atributos tales como el gusto, la ubicación viña (es decir, la denominación del vino), Variedad (el tipo de uva), el atractivo estético de la botella y de la etiqueta. Muchos valores pueden influir en la compra de un vino de calidad. No nos equivoquemos, hasta la etiqueta puede casi ser arte cuando se consigue la botella adecuada.