¡El vino orgánico está de moda!

No sólo el vino orgánico está de moda, en general, la gran mayoría de productos considerados como orgánicos son la tendencia en cuestiones de alimentación sana y natural, sin conservantes.

Para contextualizar, hay que decir que el jugo de la uva, la levadura y el tonel convergen para crear un producto potente como el vino, que a muchas personas encanta. Esa ha sido la historia de la producción de vino, pero en lo profundo de la industria vinícola moderna, misteriosas criaturas acechan.

En el viñedo y en la bodega, los preservativos sintetizados, aditivos, colorantes y una gama de nombres de la tabla periódica componen la receta perfecta para crear tan amada bebida. Pero en la producción de vino orgánico esta lista ha cambiado y abstiene de incluir varios de estos elementos, en especial los de la tabla de los elementos.

En esencia, la producción de vino biológico se encarga de recordar las técnicas milenarias que los hombres han usado para la protección del viñedo y de las uvas. Aquí se le hace frente a las plagas de una manera natural, como se hacía en antaño, usando aves rapaces para el control de roedores y otras técnicas no invasivas de defensa que no afectan la calidad de la uva. Así mismo, las hierbas malas en los cultivos se tratan a mano, cero sustancias químicas para su erradicación. Por igual, el uso de fertilizantes se deja de lado, a cambio se utilizan fertilizantes biológicos, que vienen de la tierra y mueren en la tierra.

Para sostener un viñedo orgánico sólo hay que tener buen tacto y una mentalidad diferente, así se puede descubrir que es más sencillo que mantener un viñedo por medio de recursos artificiales e invasivos, con los que se arriesga la calidad de la uva y, a la postre, el exquisito sabor del vino.

En las bodegas orgánicas, como las que se encuentran para la producción de la uva Callet; las cosas se ponen un poco más técnicas. Allí, para combatir la oxidación, los productores orgánicos tratan de mantener sus tanques llenos hasta el borde hasta para proceder con el embotellado. Muchos también ponen una capa de nitrógeno o dióxido de carbono sobre el vino tapada con manta pero dejando circular el aire, de manera que floten por encima los gases pesados. Para eliminar el olor a huevos podridos que da el sulfuro de hidrógeno, los productores orgánicos simplemente airean sus caldos de fermentación.

En consecuencia, aunque es un poco más complicado el proceso de producción de vino orgánico, en él es posible hallar un cuerpo más exquisito lleno de deliciosos sabores y olores. Por todo esto, el vino biológico es y seguirá siendo una bebida de moda, puesto quien lo consume está consumiendo un trago trabajado y muy dedicado...